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LAS SERIES: VIVIR EN LA TIERRA (2011)

Los años que siguieron a Gente en su casa, dediqué toda mi atención a la labor docente pensando, mientras el tiempo pasaba, que ya nunca más iba a tomar fotos y que, por tanto, Gente en su casa nunca tendría una continuación, tal y como yo había deseado durante tanto tiempo. De modo que finalmente decidí que era hora de publicarla, aunque estuviese inconclusa.

En el colmo de la contradicción, mientras me convencía de que “ya no sacaría más fotos”, y con la inocente excusa de incorporar nuevas técnicas para implementar en mi escuela, realicé diversas fotografías que no hacían más que ir poniendo a punto todos los engranajes para una nueva obra. Ahora comprendo que el motor de esa búsqueda era perfeccionar la técnica y la estética que finalmente cristalizarían en mi siguiente trabajo: Vivir en la tierra.

A esas alturas, ya sabía muchas cosas: sabía, con esas certezas que tienen raíces hondas y misteriosas, que debía profundizar en la serie de los asentamientos de Gente en su casa. Sabía también que iba usar el color porque las nuevas tecnologías me permitirían controlar, como nunca antes, la paleta cromática, las gamas tonales y los claroscuros. Y, sobre todo, sabía que no bastaba con los asentamientos de Argentina: debía documentar los de toda Latinoamérica.

Así di forma a Vivir en la Tierra,  una serie de 67 fotografías de gran formato a través de las cuales documenté las condiciones de vida en la que se encuentran más de 170 millones de personas del continente americano que viven en situaciones de extrema pobreza y de exclusión social.

Este ensayo, que es la natural continuación de Gente en su casa, mantiene las mismas reglas: 1) El modelo elige dónde posar, cómo posar y cuándo el fotógrafo debe accionar el obturador; 2) La pose debe durar más de un segundo; 3) El fotógrafo elige el punto de vista.

Como dice Natalia Bernabeu, en su ensayo crítico sobre mi obra, los nombres no son inocentes, y esta serie de fotos escogió para sí el de Vivir en la tierra porque “desde cada uno de sus encuadres nos miran personas que viven en el planeta Tierra; en hogares con pisos de pobre y humilde tierra; que, desterradas de la sociedad del derroche, habitan sin derechos en una tierra que nos pertenece a todos confiando en que la Madre Tierra les proveerá”.

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